En una clase de poesía, donde éramos a lo más 10 personas, Los sonetos de la muerte estaba proyectado en la pizarra y tuve un flechazo por Gabriela. Conocía el poema, conocía a Mistral, la profesora, la poeta, la Premio Nobel, la mujer en el billete de cinco mil; ella siempre había estado ahí, no fue amor a primera vista, pero me enamoré de ella rápidamente.
Me sorprendió descubrir que Gabriela fue la primera persona latinoamericana en ganar el Nobel de Literatura, y la única mujer hasta la fecha. También descubrí que Chile le entregó el Premio Nacional de Literatura 6 años después del Nobel, ¿Era Mistral otro caso de nadie-es-profeta-en-su-tierra? Me sorprendió que casi no sabía nada de ella, lo poco que hablábamos de Gabriela, los pocos libros sobre ella en comparación a Neruda.
En Gabriela encontré no solo una poeta increíble con ideas preciosas sobre la pedagogía. Resultó ser una mujer con ideas muy modernas para la época: eligió desarrollarse profesionalmente por sobre construir una familia tradicional; tuvo una profunda relación amorosa con Doris Dana en una época que la homosexualidad era considerada una enfermedad; y creía que los movimientos por los derechos de la mujer debían ser más transversales entre las mujeres de diferentes clases sociales.
Creé el proyecto @poetagabrielamistral porque siento que tenemos una deuda con ella. Es una iniciativa que busca difundir su obra. Quiero que leamos su poesía, que conozcamos su historia, que veamos lo actual que puede resultar su prosa. Aún hay mucho de Mistral que es un misterio, ir levantando esos velos es el propósito de este proyecto.

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